Muchos de los tratamientos que se realizan en las clínicas estéticas están orientados a mejorar la silueta de los pacientes que persiguen lucir una figura más esbelta y estilizada. Y aunque, hoy en día, y gracias al Body Positive, se están normalizando todas las tallas, sigue existiendo demasiada presión social para tener un cuerpo delgado y tonificado.
En este sentido, las intervenciones que pueden realizarse son muchas y variadas, comenzando por la popular lipoescultura. Aunque en otros casos, bastará seguir una dieta adecuada y realizar sesiones de alguna técnica concreta como la mesoterapia o la cavitación para conseguir los objetivos estéticos deseados.
En cualquier caso, sea cuál sea el tratamiento más indicado en cada caso, todos tienen algo en común: el punto de partida será calcular el Índice de Masa Corporal del paciente.
Este dato es el indicador nutricional estándar que se utiliza en los centros médicos y estéticos para tener una primera estimación del peso real de una persona.
Clasificación del Índice de Masa Corporal.
El Índice de Masa Corporal se calcula dividiendo el peso de una persona por su altura en metros cuadrados. Así se obtiene un dato que se considera mucho más fiable para valorar la salud y la complexión de una persona que su peso en kilogramos sin más, de ahí que se lleve utilizando desde 1980 como indicador antes de iniciar un tratamiento o realizar una intervención estética.
Y ahora, veamos cómo se clasifica el IMC para valorar el estado de una persona:
- Peso insuficiente: IMC por debajo de 18,5
- Normopeso: IMC entre 18,5 y 24,9
- Sobrepeso: IMC entre 25 y 29,9
- Obesidad tipo I: IMC entre 30 y 34,9
- Obesidad tipo II: IMC entre 35 y 39,9
- Obesidad tipo III (mórbida): IMC entre 40 y 49,9
- Obesidad tipo IV (extrema): IMC mayor de 50
Antes de nada, es importante tener presente que hay personas con una altura muy extrema que puede provocar que su IMC sea muy bajo sin que realmente tenga ningún problema de peso ni de salud. Pero dejando algunos casos muy concretos, este índice resulta muy orientativo para saber qué tipo de tratamientos pueden ser adecuados para una persona que busca mejorar su figura, bajar de peso o eliminar grasa.
La importancia del Índice de Grasa Corporal.
Por ejemplo, cuando una persona tiene un IMC bajo, de normopeso o sobrepeso, puede que cambiar ciertos hábitos de su vida (iniciar una dieta más saludable, practicar ejercicio, mejorar los hábitos de sueño…) sea suficiente para alcanzar esa figura deseada. A lo sumo, puede probar ciertos tratamientos estéticos que remodelen y tonifiquen su cuerpo, como la carboxiterapia o la mesoterapia.
Sin embargo, cuando estamos ante un IMC muy elevado que refleja una obesidad de más o menos nivel, puede que el paciente necesite someterse a intervenciones más severas. A veces, puede ser una liposucción que elimine la grasa acumulada en su cuerpo, acompañándola siempre de una dieta y de la práctica de ejercicio. Y en otras ocasiones en las que la obesidad es muy extrema, incluso mórbida, puede ser necesario recurrir a intervenciones médicas como la realización de un bypass gástrico.
En todo caso, ya ves que el Índice de Masa Corporal es un dato importante y que se debe tener muy en cuenta antes de iniciar un tratamiento médico o estético. Si acudes a una clínica estética en Palma será uno de los primeros aspectos que calculen para valorar el tratamiento que más te conviene si lo que persigues es bajar peso, reducir talla o mejorar tu silueta en general.
¿Sabes cuál es tu Índice de Masa Corporal? Recuerda que puedes calcularlo dividiendo tu peso por tu altura en metros cuadrados, pero no lo tomes al pie de la letra si eres muy alto/a.